domingo, 17 de agosto de 2014

Del sexo adolescente. De mi china vida (16)

1990
- Hablemos de sexo - me dijo la china con una sonrisilla de oreja a oreja.

- ¿Cómo? - le pregunté yo sorprendido.

- Hombre, hemos llegado a la década de los noventa, tienes dieciséis años, digo yo que ya toca hablar de sexo.

- No, no pienso hablarte de sexo. - le dije yo muy serio.

- ¡Vaaa! - insistía la china - A esa edad, más o menos, empiezan las relaciones sexuales. Ya has dicho que empezaste a salir con chicas pero no has contado nada más.

- ¿Qué quieres que cuente? No hay nada que contar. - dije yo.

- ¿Cómo que no? - me dijo sorprendida. - ¿Quieres decir que a los dieciséis años aún no...?

- ¡Que no te lo voy a contar! - le corté yo.

- Entonces ¿aún no habías hecho nada? ¿Ni con chicos ni con chicas? ¡Qué pringao! - dijo burlándose de mi.

- No, yo no he dicho eso. He dicho que no te lo voy a contar. No me parece algo interesante. - le dije.

- ¿Qué no es algo interesante? - me dijo ella sorprendida - ¿Me estás diciendo que me vas a contar toda tu vida y no me vas a contar tu primera vez? O tus dos primeras veces, porque tú debes haber tenido dos primeras veces, ya me entiendes.

- Pues no. - dije yo serio.

- ¡Qué moñas! - dijo ella.

Hubo un pequeño silencio incómodo. Yo no sabía por donde seguir. Al final me decidí a contarle algo.

- ¿Sabes? El verano de mil novecientos noventa hice mi primera salida al extranjero. Me fui de viaje con unos familiares y recorrimos Francia, Alemania y Suiza. Fue una experiencia única. - empecé a contar yo. - Aun recuerdo cuando visitamos el campo de concentración de...

- ¿En serio que no habías tocado pelo aún? - me interrumpió ella.

- No. Sí. ¿Qué? - dije yo confundido.

- Algo habrías hecho, digo yo - dijo ella.

- No insistas que no voy a contarte nada sobre mi vida sexual.

- Pero si tienes dieciséis años, estoy segura de que te pasabas el día en el cuarto de baño sacándole brillo al...

- ¡Pero bueno! - le corte yo.- Tú estás muy salida, ¿no?

- No, coño, es lo más normal a esa edad. - afirmó. - Los que están salidos como monos son los chicos adolescentes. Yo no hacía otra cosa a esa edad. No tanto como los chicos, pero sí. A ver si te crees que en China no le damos al tema.

- Pero vamos a ver, ¿te he preguntado yo acaso cuando fue tu primera vez? - dije yo.

- ¿Yo? Yo me estrené a los dieciséis. Sí, a los dieciséis. A esa edad ya había dado besos, besos con lengua, había tocado más que pelo y ya me había acostado con mi novio. Además había tenido una experiencia con una chica. - dijo la china bien orgullosa

- ¿Eres lesbiana? - le dije yo.

- ¡Qué va! Ni yo ni la chica. A esa edad haces tonterías de ese tipo. Tampoco es que me arrepienta. Estábamos borrachas y empezamos a jugar. Pero no tuve ninguna experiencia lésbica más. Bueno, miento, en la universidad tuve dos más. Pero la universidad no cuenta, que la universidad es una locura de hormonas y despiporre.

- ¡Claro! En la universidad no cuenta. Claro. No te lo convalidan con ninguna asignatura, así que no cuenta. Como en Las Vegas. Lo que se hace en Las Vegas, se queda en Las Vegas. - dije yo sarcástico.

- ¡Oye! ¡Que no me gustan los mejillones! Los he probado, no me arrepiento, pero no me gustan. Tampoco me dan asco, pero no son como para repetir. - dijo ella.

- ¡Claro, a no ser que sean las cinco de la mañana, estés toda borracha y no tengas nada más que llevarte a la boca! - le dije yo sarcásticamente.

- Bueno, también es verdad. Pero vamos, que no, aunque no lo descarto. - me dijo ella. - Después del primer novio tuve una época de sequía. Me enamoraba de todo bicho viviente, pero no tenía suerte y no era correspondida. Mucho más tarde me eché un novio, y después otro, y otro y uno más que aún me dura. En total cinco novios. ¿Y tú?

- Que no insistas, que no pienso contarte nada. - le dije yo.

- Eres muy moñas, tío. Pero que muy moñas. Eso o que no te interesa el sexo. Virgen no debes ser, porque estás casado, pero vamos... cuando no lo cuentas es que no debe ser muy interesante. - sentenció ella.

- Oye, china, mi vida sexual ha sido muy interesante y activa. Me gusta el sexo y mucho, pero estoy seguro de que a nadie le interesa lo que he hecho o lo que he dejado de hacer, ni cuando lo he hecho, ni donde. - dije yo.

- No, claro, seguro que a tu público, cuando vuelvas a tu país y escribas tu blog, le interesará mucho más la moñada de viaje que hiciste a Alemania y la visita al campo de concentración. Estoy segura de eso. Se van a disparar las visitas cuando lo cuentes. Ya lo estoy viendo. Del fantástico viaje a Francia, Alemania, Suiza y la cantidad de prados verdes y vacas que viste por allí.

- Si lo hiciera sin duda tendría muchas lecturas y les interesaría pero, mira, les contaré lo que has dicho tú, que seguro que les gusta más. - dije yo - De las pajas mentales y no tan mentales de una china adolescente.

- Sí, desde luego. - me dijo desafiante - Pero mejor ponle de título "Del sexo adolescente" y verás lo que pasa.

- Seguro que lo hago y no lo lee nadie. - afirmé yo.

- Te reto. - me dijo y me alargó la mano.

- Acepto el reto. - le dije yo cogiendo su mano y sellando un "pacto de caballeros"

Hubo una pequeña pausa.

- Entonces ¿no vas a hablar de sexo? - me insistió ella.

- Pues no, con lo que has contado tú, ya hemos hablado demasiado de sexo. Por mi parte, yo ya lo he dicho todo. - dije zanjando el tema.

No hay comentarios:

Publicar un comentario